Nació en Asturias, España, el 25 de octubre de 1890 como Nicanor Álvarez Díaz, pero en 1910 llegó a Buenos Aires y cuando empezó a trabajar como dibujante para Caras y Caretas, eligió el seudónimo Alejandro Sirio. En Caras y Caretas trabajó durante más de doce años. Sus dibujos también se publicaron en otras revistas como El Hogar y Plus Ultra. En 1924 llegó al diario La Nación, venía de ilustrar algunos cuentos y poemas para el suplemento de La Prensa. En La Nación trabajó por más de veintiocho años hasta el día de su muerte. Enrique Larreta, en 1927, le propone ilustrar la monumental y lujosa edición de su novela La gloria de Don Ramiro. En 1937 ilustra Poemas de la Fundación, de Mariano de Vedia y Mitre; al año siguiente hace para la Compañía Hispano-Argentina, constructora de la Línea E de Subterráneos, los cartones para los murales que aún hoy embellecen los andenes de la estación Jujuy. En 1940 lo nombran profesor de la cátedra de Artes del Libro en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Exposiciones, premios y homenajes fueron habituales en la vida de Alejandro Sirio: en 1942 expone en Tucumán. En 1947 gana la medalla de Oro en el Primer Salón de Dibujantes y es elegido presidente de la Asociación de Dibujantes. En 1948 publica de Palermo a Montparnasse, una verdadera hazaña gráfica con prosa propia y 3000 dibujos. Murió en Buenos Aires el 6 de mayo de 1953.