Nació en Los Cóndores, Calamuchita, Córdoba en 1931 y falleció en Mar del Plata el 16 de mayo de 2023. Estudió en la Academia Provincial de Bellas Artes Figueroa Alcorta y se perfeccionó con Carybe y Mario Cravo. Escribió libros y relatos. Torre, inició una búsqueda de realización espiritual y artística que lo llevó a peregrinar en Sudamérica, hasta que decidió radicarse en Resistencia, Chaco. Allí dirigió por más de treinta años el Taller de Artes Visuales de la Universidad Nacional del Nordeste. Su obra Apocalipsis de la Iglesia de La Asunción de Villa San Martín en Resistencia es la primera Iglesia del mundo en que su iconografía ha sido resuelta en hierro batido y la segunda con mayor número de imágenes y la intervención de un solo escultor. Realizó, por medio de entes públicos y centros culturales, obras monumentales en espacios públicos en ciudades de la Argentina. Expuso en la Acción Católica de Córdoba, Centro de Arquitectura de Córdoba, Amigos del Arte de Rosario, Galería Van Riel, Salón Anual del Litoral, Ministerio de Cultura de la Nación, Salón Nacional, Salón Anual de Santa Fe, Salón Bienal del Litoral y Centro de Santa Fe, Salón Comunal de Artistas Plásticos de Santa Fe, Galería Artea, Muestra Individual en Galería AMC. Obtuvo Medalla de Oro Jockey Club en Escultura en el Salón del Litoral en Santa Fe en 1969, Premio Fondo Nacional de las Artes en el Salón Anual de Santa Fe en 1971, Segundo Premio de Escultura en 1975 y Premio Subsecretaría de Cultura de la Nación en 1987, Premio Adquisición de Escultura en la Bienal del Litoral y Centro de Santa Fe en 1972, Mención de Honor en el Salón Nacional en 1973, Segundo Premio de Escultura en 1977 y Primer Premio de Escultura en 1986 y Primer Premio de Escultura en el Salón Municipal de Santa Fe en 1974. “Hace ya algunos años, decidió recluirse en su casa museo, donde trabaja dedicándose a la búsqueda de la perfección pictórica y escultórica, en gestos que le son propios donde la magia panteísta a la que se entrega, va adquiriendo una realidad manifestada en colores brillantes, trazos instantáneos y seguros, testimonios de un tiempo y un lugar, pero que pueden ser todos los tiempos y mundos sugeridos. En la soledad silenciosa se enfrenta hoy nuevamente al desafío del papel en blanco, Eddie está aquí para crecer con todos hablándoles a las futuras generaciones con su propio lenguaje. Trabaja la chapa moldeada con versatilidad, dando a la escultura de bulto, un sentido monumentalista que no se desborda ni exalta los contenidos simbólicos más allá de su valor simbólico”. (Jorge Taverna Irigoyen).