Delia del Carril Iraeta, nació en Saladillo, provincia de Buenos Aires el 27 de septiembre de 1884. Conocida como “La Hormiguita”, fue una grabadora y pintora argentino-chilena. Proveniente de una aristocrática familia de estancieros argentinos, creció en medio de lujos y frecuentes viajes a Europa. De gran belleza e inteligencia, se casó en París con el intelectual Adán Diehl Arget también argentino. Estudió dibujo y pintura llegando a ser destacada alumna de André Lothe y Fernand Léger. Luego de nueve años de matrimonio, se separó y viajó a España. En Madrid, estudió en la academia de San Fernando y, en 1935, conoció al escritor Pablo Neruda mientras éste ejercía labores de cónsul de Chile en Madrid. El poeta y Delia comenzaron una vida en común y se casaron en México en 1943, ella abandonó su carrera artística y se convirtió en su secretaria y correctora de textos. Radicada en Chile y tras su separación de Neruda, ocurrida en 1954, Delia comenzó a dedicarse por completo al dibujo y al grabado, viajó a París donde trabajó en el taller de Stanley William Hayter. Fue su trabajo gráfico el que le valió la consagración artística en nuestro país y el extranjero. Empleó todos los medios y técnicas del grabado para realizar una producción gráfica muy personal. Ya en sus comienzos, la artista hundía por largo tiempo la plancha de cobre en ácido, lo que provocaba un torrente de tintura negra que se convertiría luego en característica de su obra. Su primera serie se tituló “Cantar de los Cantares”, y se identifica por el trabajo en torno a la figura humana. Pero lo que particulariza verdaderamente su producción, son sus famosos caballos. Delia del Carril vivió el resto de su vida en Michoacán de los Guindos, Chile, hasta que muere a los 104 años de edad, el 26 de julio de 1989. La casa, entonces, se sometió al abandono, manteniéndose apenas en pie gracias a una fiel empleada, que tras la muerte de la artista, trató de mantener a duras penas aquel espacio lleno de vida en otros tiempos. Frente al deteriorado estado de la mítica casa, y ante su importante peso histórico, se creó en 1997 la Corporación Delia del Carril, entidad que tiene por fin rescatar la casa del olvido y devolverle su antigua gloria.