Nació, vivió, creó y murió en Santiago del Estero (1903-1980), autodidacta y precursor en un medio en aquel momento sin posibilidad de estudios sistemáticos ni estímulos. Se inició en la caricatura, para la que manejó la acuarela, el carbón y el pastel. Luego se volcó a la pintura, y aún a la escultura bajo la guía de Rafael y Roberto Delgado. Sus óleos fueron reflejando con paleta luminosa, suave y vigorosa al mismo tiempo, el paisaje y las costumbres de su tierra con fidelidad representativa. Premiado en 1940 en Tucumán, Santiago del Estero (en diversas oportunidades a partir de 1941), Santa Fe (Ceres, 1948 y 60), Córdoba (1968). Fue profesor desde 1960 en la Academia de Bellas Artes Juan Yaparí. Intervino en certámenes nacionales y provinciales. De gran interés expresivo en sus paisajes y fuertes personajes masculinos (sus hacheros de estampa ruda), y en la ternura de sus mujeres y niños. Fue maestro en la armonía de la composición, y el equilibrio de los colores, con sus tonos claros y límpidos. Dejó muchos discípulos (entre ellos, dos de sus hijos Marcelo y Hugo Absalón). Declaró: “Mi obra es figurativa, mis paisajes y figuras traducen la naturaleza como se la ve y se la siente. Los motivos de mis telas están inspirados en las costumbres y tradiciones de Santiago, en la tristeza de sus paisajes, de sus taperas”. Sus óleos figuran no sólo en los diversos museos de su provincia sino también en los EE.UU., Polonia, Italia y Francia.