Nació en Buenos Aires el 1º de marzo de 1890, siendo su nombre de origen Benito Juan Martín. Abandonado al nacer por su madre en la Casa de Expósitos, donde vivió sus primeros años, pasó después a otros asilos y a la Casa Cuna hasta que a los seis años fue adoptado por la familia Chinchella que explotaba una modesta carbonería en La Boca. Cursó la escuela primaria hasta el tercer grado y tuvo que dejarla para colaborar con su padre en la carbonería. Por esta causa recién retomó su formación a los 14 años asistiendo a las clases de pintura que dictaba el pintor Alfredo Lázzari en la Sociedad Unión de La Boca. Ya para esa época Quinquela se había iniciado espontáneamente en el dibujo y con trozos de carbón sobre cartón o lienzo reproducía muchas de las escenas a las que asistía diariamente en el puerto. A los 20 años participó de una muestra colectiva de los alumnos de Lazzari y recién en 1918 tuvo su primera exposición individual en la galería Witcomb, de la calle Florida. A partir de allí no cesó de exponer sus obras. Participó del Salón Nacional, expuso en el Jockey Club, conoció a los pintores de la época como Lacámera, Victorica y Collivadino quien lo definió como “el pintor de La Boca”. Viajó por el país, visitó Río de Janeiro y Nueva York y en Europa se conectó con el ambiente cultural de la época, especialmente con Bourdelle y Marinetti. Realizó su última exposición individual en el Salón Dorado de la Municipalidad de La Plata y en 1972 fue designado Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires. Su obra plasma, en colores vibrantes y con el trazo enérgico de su espátula, la vida cotidiana del puerto y de los astilleros de La Boca, dándoles una fuerte expresión de actividad, de rudeza y de vigor. Fue un gran maestro y uno de los más populares pintores argentinos. Generoso con la comunidad en cuyo seno trabajó, donó muchos de sus bienes y de sus cuadros y realizó innumerables obras de beneficencia. Falleció en Buenos Aires el 28 de enero de 1977.