Nació en 1882 en España y falleció en Buenos Aires en 1969. Aprendió el oficio de zapatero desde sus primeros días. Se radicó en Buenos Aires en 1923. Pintor autodidacta, expuso individualmente en las galerías Conti en 1945, Rubbers y Lirolay. Concurrió a muestras en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires en 1955, Les peintres naïfs du douanier Rousseau à nos jours en el 10º Festival Belga d'Été de Bruselas en 1958 y al Premio Ver y Estimar. Fue denominado como uno de los más renombrados artistas naif de esa época. El artista decía que sus creaciones se veían reforzadas luego de sus prácticas espiritistas, y que su mano era guiada hacia un laberinto surrealista que el artista nunca hubiera imaginado en otras condiciones. Pintaba verdaderos laberintos formados por una trama ornamental entre los que aparecen esbozos de rostros, formas irreconocibles, signos, que parecen surgir de una verdadera impulsión automática, o reflejar imágenes obsesivas de pesadillas. El color es puro y enriquece la superficie hasta darle la apariencia de tejidos o tapices primitivos. Por sus características reveladoras de una labor de indagación en el inconsciente, fue incluido en la muestra Surrealismo en Argentina, realizada en el Instituto Torcuato di Tella en 1967. (Aldo Pellegrini. Enciclopedia del Arte en América de Vicente Gesualdo, Editorial Omeba, Buenos Aires 1968).