Nació en Aguada de La Piedra, Río Negro el 7 de julio de 1933 y falleció en Buenos Aires el 23 de Julio de 2006. Vivió en el campo, alternando entre la escuela rural y las tareas de boyero, luego en San Antonio Oeste y en Puerto Madryn. En 1958 ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, estudió con Carlos Cañas y obtuvo una beca del Fondo Nacional de las Artes en 1966. Concurrió al Salón Nacional en 1964. Expuso individualmente en galerías Van Riel, Ronald Lambert, de las Artes, en Brasil y Hotel Llao Llao de Bariloche, Aleph, Hoy en el Arte de Pinamar, El Escorial, Hoy en el Arte Buenos Aires, Zurbarán en 1984, de 1986 a 1993, 1995, 1998, 2002 y 2004, Hammer Galleries de Nueva York, FMI Washington, Santa Mónica, Dallas, Houston, Boston y en la Universidad de Harvard de Coral Gables, Palacio Duhau, Feria del Libro, Palais de Glace y Casa FOA y en el Museo Municipal de Tandil. Dado su dominio del dibujo fue dibujante publicitario y director de arte de una editorial. Hizo carrera en publicidad, que desechó para dedicarse a pintar. Practicó abstracción, tachismo y pintura espacial hasta que su Cerro Tapiluque, se instaló en su taller con una presencia ineludible. Se bautizó Rikelme y desde allí su pintura contiene la geografía y la austeridad de su niñez, paisajes de soledades y de distancias, de inmensos espacios marcados por árboles solitarios. Reminiscencias patagónicas, ejecutadas por medio de finas veladuras y muy laboriosos entramados de punta de pincel se enriquecieron en nuevas búsquedas. Navegó el Beagle, caminó las playas del Atlántico Austral y se adentró en la cordillera cuyana. Lejos de las tierras de sus ancestros, conservaba la Patagonia grabada en el alma y le rindió tributo en cada una de sus obras. Nos dejó su mayor tesoro: su visión lírica y beatífica del paisaje. Obras que, si pudieran ser definidas con una palabra, la más adecuada sería serenidad, (Ignacio Gutiérrez Zaldívar).