Pintura

Speroni, Clelia Paulina

Buenos Aires
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Nació en Buenos Aires en 1937. Dibujante Profesional egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, Profesora de Dibujo y Pintura Mural egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y Profesora Superior de Pintura egresada de la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova en 1965. Por medio de una beca del Fondo Nacional de las Artes se perfeccionó con Raúl Russo. Auspiciada, también, por el Fondo Nacional de las Artes asistió al taller de grabado de Johnny Fiedlaender y a cursos de Historia del Arte de Pierre Francastel en la Sorbonne en París. Contratada por Philippe Carlier, restaura y decora en equipo, el Castillo Villers sur Authie en Abbeville de Somme. Docente y colaboradora para la realización de imágenes del Departamento de Enseñanza Audiovisual. En las cercanías de Roma, estudió y se documentó sobre jardines del renacimiento italiano, resultados que expuso en su muestra Bomarzo en Galería Bonino. Interviene en salones nacionales e internacionales desde 1958. Concurrió a la Exposición de Grabado en la Maisòn Internationale y en el Salón Internacional Femenino en el Museo de Arte Moderno de París. Premiada en el Salón Nacional en 1967, fue distinguida como Eleve Patronnèe por el Gobierno de Francia. “Dibujante de primer nivel, hace décadas reconocida, que transitó por etapas paulatinas que la llevaron a casi renegar de la realidad, aunque siempre la respetó. Excelente técnica, se da el lujo de exagerar el cromatismo para que la teatralidad pueda funcionar. Lo que ha encarado Speroni es mayúsculo: volvió los ojos a la Italia de Carpaccio, de Giorgione, de Masaccio y se animó a tomar secciones de sus pinturas más famosas y volverlas contemporáneas. Menudo esfuerzo, y mayúsculo asombro por que ha conseguido un resultado sin afectación, es más, parece divertirse al hacerlo porque lo que ha buscado es el espíritu gozoso de la creación, el clima de los talleres en que maestro y alumnos trabajaban fraguando hermosura. Lo más singular de su obra, es la armonía, la que ha sido capaz de encontrar de forma fluida entre modernidad y tradición. Una coexistencia que tiene como resultado un estilo difícil de acotar en clasificaciones ya establecidas, en el que el lirismo, deudor de la paleta empleada, en la que la alternancia de tonos fríos y cálidos es una constante, acompasa una composición y una línea, nítidamente académicas” (Albino Diéguez Videla).