Nació en Sevilla, España, el 30 de diciembre de 1862 y falleció en Buenos Aires en 1918. Figuró en el Salón de París en 1902. Reside en Buenos Aires desde 1910 y participó en el Salón Nacional en 1912. En posesión de las cualidades distintivas y características de la escuela sevillana, dueño de esa riquísima gama que solo aparece en los artistas del Guadalquivir, logró sustraerse de los efectismos de la coloración y a la influencia de la entonación bituminosa. Sus interiores de iglesia, los canales, los efectos de luz, revelan un espíritu de observación, una facultad asimiladora y un pincel hábil.