Nació en Buenos Aires en 1942 y falleció en Francia en 2006. Exhibió en museos y galerías en París, Nueva York, Washington y en Latinoamérica. En su primera etapa se dedicó al arte geométrico y su última fue la abstracción. “Trasciende la manera en que la luz ocupa y define los espacios en sus obras. Explora todas las maneras de las formas y de cómo los objetos interactúan entre ambos, la luz y el espacio, los cuales pueden ser interpretados en forma emocional o metafóricamente. Desde el diálogo cromático entre el blanco y el negro, el creador restituye el valor académico al oficio. Al mismo tiempo, reivindica la función de lo lumínico como realidad objetiva, sin sacrificar las proporciones y los volúmenes de las formas. Pinta arquitectura muy sobria, interiores, escaleras y muros que, paradójicamente, siempre dan la impresión de ser espacios habitados pero sin presencia humana. Este mundo íntimo y silencioso se transmite en tonos grises que sugieren blanco sin utilizarlo. Cezar evita cualquier impresión de frialdad mediante el uso de efectos de luz, que también sirven para mejorar la estructura de la composición.