Nació en Flores en 1928 y falleció en Belgrano en 2003, ambos barrios de Buenos Aires. Estudió en la Escuela de Bellas Artes Fernando Fader. Comenzó a exponer en la década del 1950 en galerías Van Riel y Lirolay. Sus pinturas rentabilizan y dan identidad propia a los recursos de composición, color y trabajo sistemático aprendidos en el taller de Demetrio Urruchúa. Integró el Grupo del Plata, exhibiendo entre 1959 y 1963 en la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos, Salón Peuser y Museo Provincial de Bellas Artes de Tucumán. La figuración, que le permitió transitar y describir estos senderos mudos, acompañó a Emilia a lo largo de toda su vida. Si bien inició su carrera en la fecunda década de los 1960, en medio de los más variados ismos, Gutiérrez se mantuvo al margen del paradigma de su tiempo: la necesidad de cambio. En vez de desplazarse horizontalmente decidió profundizar verticalmente, renovando con sensibles y matizadas visiones la celebración de la belleza. Sus trabajos son casi siempre interiores y el color casi siempre apastelado es una importante clave para eliminar cualquier estridencia.