Enrique Castro nació en 1939 y ha dedicado gran parte de su obra a la representación ecuestre de la Argentina. Ha trabajado caballos pura sangre, árabes y criollos en óleos sobre lienzo, papel, cartón o hardboard. Además de otras figuras de animales como gatos (“La travesura”) y tigres (“Entre los árboles”), hay entre sus obras imágenes telúricas y costumbristas como domas, jineteadas o paisanos en el campo que bien podría ser cualquier rincón bonaerense o pampeano (“El domador”, “La jineteada”, “Flor de cardo”, “Paisanita”); también ha pintado alguna escena urbana (“Escucha Tango”) y legendaria (“Godiva”).