Médico y pintor, nació en Buenos Aires en 1932 y murió en la misma ciudad el 21 de mayo de 2020. En 1954 y 1955 estudió en la Academia de Bellas Artes de la Universidad de Múnich siendo becario, trabajó con los Profesores Crodel y Kaspar en el antiguo taller de Kandisky. Dictó cursos, conferencias y fue crítico de arte de Radio Nacional. Secretario General de la Bienal de Arte Sacro Moderno. En el Museo Nacional de Bellas Artes también realizó audiovisuales sobre Klee, Picasso, Alemania Gótica y Alemania Barroca. Autor de ensayos sobre artes plásticas y publicó trabajos en las revistas Lyra y Ars. Expuso individualmente en la Argentina y en Alemania auspiciado por la Embajada Argentina. Ejecutó el mural vitraux del Banco de Londres. En 1972 recibió la Orden de Mérito otorgada por la República Alemana, reconocimiento a su actividad cultural. Fue miembro de la Academia Europea de Artes y Ciencias con asiento en Viena. Sus últimas exposiciones individuales fueron Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Cité des Arts de París, Casa de Gobierno de Buenos Aires, Palais de Glace y Teatro Argentino de la Plata. Pero además, fue un distinguido médico mastólogo, egresado de la UBA y director, por once años, del Hospital de Clínicas que depende de esa universidad. “Ubica a sus trabajos, en especial a aquellos sobre temas religiosos, en lo que podríamos llamar una moderna antigüedad, es decir, la conservación, intacta, del espíritu de los primitivos góticos y bizantinos, en moldes de indiscutible renovación plástica. La utilización de dorados, hecha con destacable dignidad, acentúa esa impresión y cierto barroquismo. En otro plano hay que ubicar a las bellísimas acuarelas con reminiscencias de vitral, en la que el artista quiso dar la evocación del tiempo pasado, con un lenguaje de estirpe expresionista, en donde Sanguinetti encuentra el nivel más profundo de su búsqueda. Una suave poesía se desprende de claridades cromáticas un poco inusitadas en su obra, claridades en las que ha querido asumir, o recuperar, el espíritu del mundo de la infancia”. (Osiris Chierico, Correo de la Tarde, 29 de abril de 1962).