Nació en Génova en 1821 y falleció en Mendoza en 1883. Comenzó su formación en Italia, se trasladó a América del Sur en 1843, viviendo en Chile y Uruguay, pasó a Buenos Aires y se instaló entre 1845 y 1846. Aparece en 1846 en Santa Fe, donde pintará las miniaturas de los esposos Anastasia Roldán de Galisteo y José Elías Galisteo. Catalina Pistone en su trabajo sobre el arte en Santa Fe, lo incluye y menciona cuatro obras realizadas en la ciudad. Pistone tiene como fuente al trabajo de Rodolfo Trostiné, La pintura en las provincias argentinas, editado en 1950, rica fuente de información sobre el tema. En 1847 se lo encuentra en Córdoba donde enseñará dibujo por un tiempo, y se instala en Mendoza definitivamente donde tendrá una actuación destacada, llegando a ser presidente de la Municipalidad de la capital de la provincia. Empero, se registran viajes frecuentes del pintor entre 1853 y 1856 a Santa Fe, Paraná, Rosario y Buenos Aires. Deja un legado acotado pero de gran valor plástico materializado en delicadas miniaturas que se hallan en Buenos Aires y Mendoza, la mayoría en manos privadas. En Rosario hay una obra de su autoría en el Museo Histórico Provincial Julio Marc. Pintor de solvencia demostrada en la calidad de su dibujo, en la delicadeza con que define los personajes de sus miniaturas, en el manejo del color, sutil, resuelto con hábil preferencia de los grises, sienas y azules. Lejos está de contrastes fuertes, tonos vibrantes. Olivar es uno de los artistas viajeros que pasa por varias ciudades, poseedor de una alta calidad de la que dan testimonio las obras registradas y la solidez de los autores que lo estudiaron.