Nació en Siete Villas, provincia de Cantabria, España en 1887. Abandona la carrera de leyes para dedicarse a la pintura. Estudia en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con Cecilio Plá, Joaquín Sorolla y Emilio Sala, quienes lo educaron en el impresionismo levantino. En Santander acomete su fase de muralista decorando con temas de inspiración mitológica el desaparecido teatro Pereda en 1915, y la mansión Pardo en 1918. Está en la relación de artistas e intelectuales que se exiliaron a América pero en realidad su viaje a Argentina se debe a un encargo de la Junta de Relaciones Culturales del Ministerio de Asuntos Exteriores Español, lo que sí es cierto es que, se debe suponer que por el estallido de la Guerra Civil española, su estancia se prolongará hasta mediados los años cincuenta. En 1938 se radicó en Argentina y se estableció en Buenos Aires, ciudad donde se podían leer colaboraciones suyas en artículos del periódico La Prensa, tratando siempre temas relacionados con las artes plásticas. Fue conferencista sobre temas de arte, historia y estética en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Ejerció la docencia siendo Profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano entre los años 1946 y 1956, de Dibujo y Pintura en la Escuela Municipal de Artes Raggio. Participó en el Salón Nacional en los años 1937 al 1939, 1941, 1948 y 1949. En 1956 regresó a Madrid definitivamente, y desde allí, viaja constantemente a Santander y Alicante hasta su muerte, ocurrida en Madrid en 1964.