Nació en la ciudad de Buenos Aires en 1949. Prácticamente dejó de lado su profesión de veterinario para dedicar todo su tiempo exclusivamente al arte, cuyos conocimientos perfeccionó estudiando con Héctor Giuffré por seis años. Sus obras fueron exhibidas en galerías de arte y ha participado en numerosas exposiciones en Brasil y Argentina. Recibe constantemente encargos por parte de importantes Studs, quienes le encomiendan inmortalizar a sus cracks. Figuran también entre sus clientes reconocidos criadores argentinos de caballos, los Duques de York, compañías brasileñas, jugadores de polo, decoradores y coleccionistas privados.” Posee una vasta colección de pinturas de animales y de escenas de turf y polo, cascos de estancias de la Argentina, paisanos pampeanos, animales salvajes, aves de corral y retratos de personas. En las pinturas de Solá, por su conocimiento completo del animal, y porque lo emplaza, ya que a menudo son varios los caballos que aparecen en sus pinturas y en un paisaje que de algún modo, maximiza la belleza del animal. Para concretar estos logros, hace falta la dedicación tesonera del artista y también eso que llamamos inspiración, en la que no creen, quienes no la tienen. Ya sea en escenas camperas de tropillas, en carreras de hipódromo o jugando al polo, Ha captado en todas las instancias los movimientos de este excepcional compañero del género humano”. (Rafael Squirru).