Nació en Buenos Aires el 13 de mayo de 1921 y falleció en la misma ciudad el 28 de mayo de 1995. Se impregnó del aire bohemio de aquel Buenos Aires, junto con el Tango, que tanto resonaba en los arrabales porteños. En sus comienzos trabajó como dibujante en el departamento de ingeniería de Ucoa Radio. Se estableció con su familia en el partido bonaerense de La Matanza. Autodidacta, sus pinturas requieren de una detenida observación, y recién entonces permiten ser descubiertas en toda su magnitud. Sus primeros trabajos fueron firmados bajo los seudónimos del Valle, otros de Croce o Alvarez Prado y finalmente I P de Luca. Viajó por gran parte del interior de Argentina, de donde logró traer en sus bosquejos paisajes y colores. El sur argentino fue incorporado por su deambular pictórico, pero se inclinó más por los paisajes norteños. El óleo fue el procedimiento que utilizó más asiduamente, aunque también abordó el pastel, la acuarela, el acrílico y el dibujo con grafito. El color está representado en especial por azules, ocres, verdes y rojos. Es de notar el efecto de algunos colores superpuestos que llegan a crear una tonalidad nacarada, ya que de Luca trabajó el óleo casi como la témpera, de manera diluida. En el año 1940 fundó junto a sus amigos pintores Repetto, Victorica, Russo, Roig, Filip, Alliano, Bordino, Ladagga, Matteucci, Morgada y Cruis, la peña y taller de arte La Blanqueada. Expuso en Galería Müller, en el Salón Nacional y en otros salones provinciales. Obtuvo el Primer Premio Salón Municipal de Morón en 1952 y en el Rotary Club de La Matanza, entre otros.