Nació en Mendoza el 11 de agosto de 1919 y falleció en la misma ciudad en diciembre de 1996. Compartió trabajos de taller y salidas al campo con Spartaco Romano, Fidel de Lucia, Carlos Varas Gazari, José Manuel Gil, Enrique Sobish y Juan Scalco. Expuso individualmente desde 1976 hasta 1995 en las galerías La Plagne, Val d’Isere, Noel Machet, Du Ruhi, Berry Lardy, Le Sagittaire Annecy y en el Hotel Negresco de Niza, Francia. En Yugoslavia: Sala Cultural Sarajevo, Salón Cultural Zagreb, Salón Cultural Rijeka, Gran Salón Ljubljana, Sala de Cultura Zadar y Salón Cultural Split. En la Argentina: en galerías Van Riel, Renault y Velásquez de Buenos Aires; en el Museo de Arte Moderno y en Galería Zulema Zoireff de Mendoza; y en el Salón de Aerolíneas Argentinas en Bariloche. “Al contemplar los cuadros de Lolich diría sin dudar: encantamiento, en el sentido de violentar las leyes lógicas de existencia y comportamiento para generar otra realidad, donde la fantasía cromática es abrumadora. Trata su material diluyéndolo, agregándole la gracia de una liviandad casi acuarelista, para que del color quede apenas un trasluz, una sutileza y un sesgo casi etéreo. Sus representaciones de casas, bosques o caminos comprenderemos que no pueden ubicarse o singularizarse o nominarse; son intransferibles, y apuntan más a una generalización platónica que a una individualización. Esa casa es la casa, ese bosque, el bosque, ese camino, el camino. Pues son el revés del realismo fotográfico, que a nadie interesa. Y éste es el encanto de Lolich”. (Luis Ricardo Casnati, Diario Los Andes, 23 de febrero de 2003).