Nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1920 y falleció en la misma ciudad en 1968. Arquitecto egresado de en la Universidad de Buenos Aires en 1944 ejerció allí la docencia hasta 1955, que abandonó para dedicarse a la pintura. Autodidacta, expuso por primera vez en Galería Rubbers en 1963 y desde de allí participó en numerosas muestras colectivas. En 1968 expuso en Galería Argentina. Su imagen personal, el tratamiento de la espátula, la espontaneidad de sus trabajos, lo hicieron inconfundible. Fue el pintor de las catedrales extrañamente sumergidas, de nebulosas ciudades semiderruidas y también de las cavernas de un universo inubicable, con predominio absoluto de la soledad remarcada por la ausencia total de la presencia humana. En sus últimos tiempos se introdujo en las sugerencias de La Divina Comedia. Así, El Infierno, El Purgatorio y El Paraíso, comenzaron a ser buscados por su espátula para trasladarlos al lienzo. Es cuando también en su pintura, la presencia humana comienza a cobrar tímidas formas. En sus pinturas trata temas de misterio, ficción y fantasía, con una estética cercana al informalismo, utilizando una paleta de empastes gruesos y multicolor. Como Arquitecto, proyectó la Plaza Auditorio Italia de Mar del Plata.