Pintura

Diaz de Vivar, Justa Mercedes

Corrientes
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Desafiando las rígidas estructuras provincianas de la época, siendo muy joven se trasladó a la Capital Federal para recibir lecciones en el centro más calificado del arte nacional. Justa Díaz de Vivar nació en Corrientes en 1893 y falleció en la misma provincia en 1968. Inició sus estudios artísticos con Adolfo Mors y luego se trasladó a Buenos Aires, donde ingresó en la Academia Nacional de Bellas Artes, y en esa escuela fue discípula de Martín Malharro, quien, llegado a principio de siglo de Europa, fue el verdadero introductor del impresionismo en el país. De regreso a su provincia tomó clases con Antonio Pedro Ballerini. Ejerció la docencia artística. Se constituyó en una de las figuras representativas de la cultura correntina, en razón de sus afinidades literarias, su conocimiento de Argentina y países vecinos y, su participación en todos aquellos acontecimientos progresistas que sucedieron en su época. Conformó, con Ballerini y Negro la trilogía más representativa del impresionismo local y con Ebe Egeria Berti la presencia femenina más sobresaliente de la plástica correntina fundacional. En su larga actividad artística Justa, participó en muestras individuales y colectivas, como también en salones provinciales y nacionales, en algunos de los cuales se hizo acreedora de importantes distinciones. Obtuvo en 1911 Medalla de Oro en la Exposición del Centenario del Consejo Nacional de Mujeres de la República Argentina. En 1933 integró, junto a Antonio Pedro Ballerini, el jurado del salón con el que la Academia de Bellas Artes local celebró sus bodas de plata y cuyo Primer Premio obtuvo José Negro. Con Justa Díaz de Vivar no solamente ingresa el impresionismo argentino, recordando que el otro introductor fue, Ballerini, lo trajo de Italia en las primeras décadas del siglo XX, y abrevado de sus propias fuentes, sino la presencia femenina en el panorama de las artes plásticas del nordeste, como figura destacada.