Nació en Buenos Aires el 12 de agosto de 1896 y falleció en Unquillo el 17 de marzo de 1964. Fue uno de los grandes maestros del arte de los argentinos. Estudió en los talleres de dibujo para obreros, y hacia 1915 ingresó en la Academia Nacional de Bellas Artes, donde dos años después se recibió de Profesor de Diseño. En este período resolvió sus obras con un lenguaje naturalista de tono impresionista, siendo el paisaje argentino, de sus distintas regiones, el tema preferido. Realizó su primer viaje a Europa en 1925. En Italia siguió las enseñanzas tanto de los primitivos toscanos como de los grandes maestros renacentistas. En París, estudió junto con André Lothe e integró lo que se denominó la Escuela de París. Al regresar a la Argentina, su lenguaje manifestó un cambio rotundo y se pudo vislumbrar la influencia de Giorgio de Chirico, Carlo Carrá, Henri de Waroquier y Roger de La Fresnaye. Sus obras se simplificaron, cobrando mayor fuerza expresiva gracias al despojamiento de formas y colores. Las composiciones se tiñeron de un clima metafísico y sus figuras adquirieron cierta pesadez escultórica, lo que caracterizó su producción posterior. La importancia del dibujo se advierte tanto en la rigurosidad de la construcción espacial como en la resolución de la perspectiva forzada. El extrañamiento de la atmósfera fue acentuado mediante la síntesis formal, la composición geométrica y los efectos de luces y sombras. Elementos que refuerzan la evocación de la pintura metafísica italiana. A partir de los años 30, comenzó a trabajar en otro tipo de series, centrando su interés en la construcción de retratos de indígenas del norte argentino y del altiplano. Esas pinturas se caracterizaron por las proporciones monumentales de las figuras ubicadas en el centro de la composición y por un particular tratamiento de los ojos, resueltos en forma almendrada y de gran tamaño. Entre sus grabados se destacan las monocopias que conformaron la serie Breve historia de la vida de Emma, en las que desarrolló la vida de una prostituta hasta su decadencia. También cabe mencionar los realizados para ilustrar el libro Interludio de Oliverio Girondo, donde se destacaron los espacios surrealistas. En el campo de la pintura mural sobresalió su labor realizada en las Galerías Pacífico en 1944, espacio que compartió con Antonio Berni, Demetrio Urruchúa, Juan Carlos Castagnino y Manuel Colmeiro. Desarrolló una memorable tarea como Profesor, en el Instituto Argentino de Artes Gráficas, Academia Nacional de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata y el Instituto Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Participó en exposiciones nacionales e internacionales. Entre sus distinciones destacadas figuran: el Primer Premio en el Salón Nacional en 1922, el Tercer Premio en el mismo Salón en 1923, el Segundo Premio en el Tercer Salón de Otoño de La Plata en 1925, el Primer Premio en el Salón Anual de Santa Fe en 1927, el Primer Premio en el Salón de Rosario en 1929. En 1933 obtuvo el Primer Premio en el Salón Nacional y al año siguiente, el Primer Premio en el Salón de Acuarelistas, Pastelistas y Grabadores de Buenos Aires. En 1937 fue distinguido con el Gran Premio en la Exposición Internacional de París.