Nació en Santa Fe en 1939, estudió pintura en el taller de Emilio Petorutti, escultura con Libero Badii, historia del arte con Osvaldo López Chuhurra, dibujo con Lajos Szalay y composición plástica con Hector Cartier. Completó sus estudios en Estados Unidos y Latinoamérica entre 1966 y 1982. Expuso individualmente en 1971 en galerías Hache, en 1972 Van Riel, en 1973 Oca Morganti de Río de Janeiro Brasil, en 1975 Lagard, y en 1976 Quadrante de Río de Janeiro. Figuró en muestras colectivas desde 1972 en el Colegio de Abogados de Bahía Blanca, Museo del Traje de Buenos Aires, Ministerio de Relaciones Exteriores, Palatina, Estudio Bontá, Centro Cultural Miguel Angel, 6 Expresiones de Arte en galerías Lagard y Bonino, Kreisler de Madrid, Pintores Latinoamericanos en Galería Wardman Tower y Sheraton Hotel en Washington. “En sus obras está presente la ópera con su rico mundo de imágenes visuales y sonoras. Esto la lleva a desarrollar su imaginación, tanto sea para aludir a algunas partituras operísticas como para situarse en los ámbitos de algunos grandes teatros de ópera. Y siempre, su tratamiento expresivo es estrictamente plástico, sin utilizar recursos literarios o anecdóticos. Szerman expuso en 1996 una serie de pinturas dedicadas para un homenaje al Teatro Colón. Dos aspectos fundamentales de sus pinturas: un tratamiento cromático vibrante, en el que el color rojo domina, con matices estallantes y gradaciones de luces y sombras, en donde no faltan los dorados de las majestuosas arquitecturas operísticas. Tampoco deja de lado los cielos rasos decorados, reproduciendo con ellos la obra dentro de la obra. También, llama la atención la estructura compositiva de cada pintura, con una perspectiva audaz, en diferentes planos y una línea dinámica que establece contraposiciones y asimetrías que se refieren tanto a los ritmos de la música, como al marco teatral que en ella se magnifica. (Fermín Fèvre). “La irrealidad es la comarca donde se gestan las estampas luminosas de Luchi, limitan esa comarca sus idealizadas figuras de un medioevo de fantasía y su decantado gusto por los perfiles perfectos, por los colores melodiosos, por los equilibrios impecables. Con esos elementos de imponderables transparencias edifica los ámbitos de un país de candores comunicativos creado con los recursos de una depurada, de una experimentada ciencia del arte difícil de las formas y los colores”. (Córdova Iturburu. Panorama de la Pintura Argentina Contemporánea de Galería Jutta Wiegert, Buenos Aires, 1991; Plástica Argentina 1976 de Gregorio Goldemberg, Pluma y Pincel 1977).