Nació en Barcelona el 22 de abril de 1888, arribó a Argentina y se estableció en Buenos Aires en 1911, ciudad donde falleció el 18 de enero de 1953. Inició sus actividades artísticas en el Taller Libre de la Agrupación Artística en Barcelona por Pablo Picasso. En 1908 viajó por estudios a Francia, Bélgica y Alemania. En Buenos Aires trabajó como dibujante e ilustrador de las publicaciones Crítica, Caras y Caretas, Fray Mocho, Plus Ultra, La Nación, El Hogar, Leoplán y otras. Desde 1924 expuso individualmente pintura, dibujos y xilografías, en las galerías Witcomb, Witcomb de Rosario, Nordiska, Diario El Mundo de Mar del Plata, Centre Catalá, Salón Augustus de Paraná, Mendoza en 1940, Kraft y Renom de Rosario, Witcomb de Mar del Plata, Comisión Nacional de Cultura, Resistencia Chaco, Centro Asturiano y Casa de Mendoza en Buenos Aires. Obtuvo el Premio Único a Extranjeros en el Salón Nacional de 1925. Destacado dibujante, como lo reconocieron sus admiradores ya en los años ‘20, desde su llegada se sintió particularmente atraído por los temas gauchescos. Mientras su fama crecía, sin abandonar sus pinturas, acuarelas y de cuando en cuando alguna serie de xilografías, el maestro fue concibiendo la idea de una serie de dibujos que sirvieran más que como ilustraciones, como una guía y una glosa visual a los distintos y múltiples avatares del inmortal poema de José Hernández con un enfoque, de ideas profundas en lo filosófico, conceptual, psicológico, en lo artístico y costumbrista. Trazos ricos, poderosos de su elocuencia y, a veces, también conmovedores, dado que Macaya había calado hondo en las raíces de lo gauchesco, y sabía expresarlo a la perfección. (Arte y emigración: la pintura española en Buenos Aires, 1880 1930, de Ana María Fernández García Universidad de Oviedo, 1997).