Luis Fernando Mastroiacobo, nació en Buenos Aires el 2 de agosto de 1923 y falleció en la misma ciudad el 13 de septiembre de 2006. Profesor de Dibujo y Pintura egresado de la Academia de Bellas Artes bajo la dirección de Pío Collivadino y siendo discípulo de Emilio Centurión y Jorge Larco. A Marcos Tiglio lo unió la amistad y mutua admiración. Firmó sus obras con su nombre artístico Luis Mastro. Concurrió a muestras en la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires, Salón Bienal Promocional para la Joven Pintura en el Hotel Provincial de Mar del Plata, Primera Muestra de Arte Sacro Moderno, galerías Picasso y Hache, Asociación Estímulo de Bellas Artes, Municipalidad de Morón, Museo Histórico de la Iglesia de Buenos Aires, Agrupación Impulso, galerías Groussac, Nice, Witcomb Magenta, Inter Hache de Mar del Plata, Wildenstein, Inter Hache, Rodrigo Carmona, Rubinstein de Mar del Plata, Gutiérrez y Aguad de Córdoba, Arthea, Quinta Dimensión en 1972 y Nannini Barrera de Mar del Plata, integró la muestra itinerante de Buenos Aires a Asunción del Paraguay en el barco Ciudad de Paraná invitado por la Flota Fluvial del Estado Argentino en 1977, entre otras. Obtuvo Mención de Honor en el Ateneo Popular de La Boca en 1953, Primer Gran Premio Inauguración en el Museo de Bellas Artes de San Justo en 1954, Mención de Honor en 1954 y Premio Adquisición en 1956 en el Salón de Rosario, Mención de Honor en el Salón de Santa Fe en 1955, Premio Secretaría de Estado de Comunicaciones en 1958 y Premio Cecilia Grierson en 1966 en el Salón Nacional, Premio Martín Malharro en el Salón Municipal Manuel Belgrano en 1965 y Premio Quinquela de Oro a la trayectoria de la Secretaría de Cultura Municipal de la CABA en 1989. En 1996 se estableció en París, donde obtuvo Medalla de Bronce en el Salón de Artistas Franceses del Gran Palais en 2000. Residió en esa ciudad hasta 2003, año en que regresó a Argentina afectado de la enfermedad de Alzheimer. Su pintura es tributaria de un clima poético, logrado espacialmente por las calidades pictóricas, trabaja con la figura humana a la que envuelve en fondos muy bien ambientados y de fina sugestión. (María Laura San Martín; Revista Atlántida, 1959; Plástica Argentina 1976 de Gregorio Goldemberg, Pluma y Pincel 1977).