Nació en Buenos Aires el 29 de noviembre de 1922 y falleció en La Cumbre, provincia de Córdoba, el 24 de noviembre de 2015. Arquitecto graduado en 1947, realizó su primera muestra individual en París en 1950. Integró el grupo de Artistas Modernos de Argentina. Frecuentó el taller de Vicente Puig donde se inició en el dibujo clásico. Su amistad con Fernández Muro, Sarah Grilo y Pirovano definieron su vocación. A finales de los años 1940, resultado de su primer viaje a Europa se volcó a la geometría y en los primeros años 1950 inicia su período concreto. Vivió en Roma en los años 1950, París en los 1960 y Nueva York en los 1970, y cada lugar dejó una marca en su obra. En su etapa de Roma la geometrización de la imagen se transforma gradualmente. En París se dedicó a una interpretación libre del informalismo con el color como dato principal. En el período de Nueva York, la pintura se caracteriza también por la luz y el color, y suma la ondulación de la línea, la diferenciación entre planos, el puntillismo y el salpicado. En 1978 se radicó en La Cumbre y en la obra allí realizada, se aprecia la representación del paisaje en clave más o menos abstracta pero siempre evidente. Los colores se hacen más intensos y autónomos. En la serie erótica las formas se contactan para hacer sentidos nuevos. Líneas de corte que en algunas series son fuertes y notorias, en otras se vuelven sutiles y apenas insinuadas Asistió a muestras colectivas y destacan, Latin American New Departures de New York en 1962, Museo de la Ciudad de París y Artistas de América Latina en Spoleto, Italia en 1962. Entre sus muestras individuales, Bienal de Venecia en 1982, Galería AEle de Madrid y retrospectiva 50 años de pintura en el Centro Cultural Recoleta en 1997. “Con vigencia en el plano internacional desde 1950, su pintura, evoluciona desde lo concreto hacia lo inmaterial, en etapas definidas por diversas técnicas que lo conducen invariablemente a tratar de desentrañar el misterio del color en su estado primario. Sus etapas de Buenos Aires, Roma, París, Nueva York y La Cumbre, plantean un recorrido por la mente de un artista obsesionado con dilucidar las vibraciones que emanan del color.(Del texto de Samuel Oliver, junio 1983, para la exposición en la Galería Tema).