Diego Arzeno, más conocido como Nicolás Olivari, nació en Buenos Aires el 8 de septiembre de 1900 y allí falleció el 22 de septiembre de 1966. Pintor, periodista, dramaturgo, narrador y poeta. Hijo de una familia de inmigrantes y admirador de los poetas malditos, estuvo vinculado a los grupos de Florida y Boedo. Como periodista colaboró en los periódicos Crítica, El Pregón, Noticias Gráficas, Reconquista, La Época, El Laborista y Democracia. Fue crítico teatral y se desempeñó como jefe de redacción. Tradujo obras del teatro europeo. Su poesía en la que evoca a personajes populares, oficios y escenas de la vida urbana, se caracteriza por el tono irreverente y provocativo. Escribió letras para tangos, piezas teatrales y novelas. Publicó libros de cuentos, La mosca verde, editado en 1933, le siguieron Carne de sol y La noche es nuestra ambos en 1952, Un negro y un fósforo en 1959 y Mi Buenos Aires querido en 1966. Olivari confesó: Me limito a lo que sé: Buenos Aires. No conozco el campo y no lo entiendo y me moriría de aburrimiento en una provincia. Desde esta mirada ácida puebla el mundo que le va a interesar: prostitutas, clowns patéticos, oficinistas que eligen la mala vida, novias pálidas y casi siempre tísicas, costureritas cuyo mal paso, para él, era siempre un tropezón afortunado. En ese doble movimiento de despegue muchos han visto su capacidad para cruzar un registro de literatura alta, la musa, con una imagen congelada proveniente del habla popular, la mala pata.