Nació en Civitanova, Italia, el 9 de octubre de 1894 y falleció en Buenos Aires en 1970. Arriba a Argentina siendo niño. Cuando contaba once años se aproximó al arte en calidad de marmolista, y acudió a un pintor para estudiar dibujo. El maestro y sin duda modesto guía fue Fernando Santilli, a quien recurrió también su hermano José, el estatuario. El oficio de marmolista lo retuvo durante más de diez años y luego se hizo ilustrador dibujando y colaborando artísticamente en periódicos y revistas de Buenos Aires entre los años 1920 y 1930. Ejerció la docencia. En rigor, Fioravanti fue el maestro de sí mismo. Pintó la figura humana, paisajes, naturalezas muertas, animales, según el impresionismo y más aún, conforme a la visión y técnica del neoimpresionismo. Presentó sus obras en el Salón Nacional desde 1926, en la sección pintura y en escultura y también en salones provinciales. Participó en la Exposición Internacional de Viña del Mar, y en las de Río de Janeiro, Nueva York y San Francisco. En Buenos Aires, expuso en las galerías Nordiska, Amigos del Arte y Witcomb. Obtuvo numerosos premios, entre otros, el Segundo Premio Comisión Nacional de Cultura en el Salón Nacional en 1945 y el Primer Premio y Medalla de Oro en Escultura en la Exposición Internacional de Viña del Mar. De su escultura se sabe que ilustra el aspecto positivo de la inquietud moderna. Modela y construye, se apoya en el rigor morfológico, en sus enlaces coordinados y en la significación del carácter.