Nació en la provincia de Córdoba en 1898. Su pintura presenta un contundente carácter metafísico influido por el ideario del artista italiano Giorgio de Chirico. De iniciales paisajes postimpresionistas y naturalezas muertas, su etapa más madura se define por la construcción de imágenes de ciudades vacías, resueltas en planos geométricos con predominancia de una paleta baja que combina ocres y grises. Una atmósfera inquietante de irrealidad y fantasmagoría caracteriza estos paisajes urbanos, donde se busca descubrir extrañeza en la cotidianeidad. En sus últimos años, exploró también representaciones figurativas de personajes míticos y religiosos. Se formó en la Academia Provincial de Bellas Artes a la que ingresa en 1925 y ya, en 1928, participa con el óleo Catedral de Córdoba en el Salón Nacional de Buenos Aires. Durante diez años se desempeña como restaurador en el Museo de Bellas Artes “Emilio Caraffa”. La mayoría de sus exposiciones las realizó en su ciudad natal, aunque también presentó sus obras en la Galería Wildenstein, en 1969, y en Galería Arthea, en 1970, ambas de Buenos Aires y en la Galería Cassará de Mar del Plata. Falleció en Córdoba en 1983.