Nació en 1930 en Luján de Cuyo, provincia de Mendoza y falleció en Chacras de Coria el 24 de agosto de 2014. Se formó en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Cuyo, donde estudió dibujo con Sergio Sergi, pintura con Roberto Azzoni y escultura con Lorenzo Domínguez. Viajó a Tucumán junto con Carlos Alonso y Carlos de la Mota para estudiar en el Instituto Superior de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán con Guido Parpagnolli, Lino Spilimbergo, Ramón Gómez Cornet, Lajos Szalay y Medardo Pantoja, la elite artística nacional en los años 1950. En Tucumán inició su proyección nacional e internacional. Expuso en Salta y asistió a un congreso en Santiago de Chile, que le permitió conocer al muralista mexicano Diego Rivera, quien influyó a Pardo con sus ideas sobre la pintura de grandes dimensiones y con mensaje destinado a la masividad. En Mendoza, los últimos años 1950 son para Pardo época efervescente de muestras, ejecución de murales, viajes, participación en bienales y salones Entre 1963 y 1973 reside y expone en Buenos Aires. Desde 1973 en que se establece en Chacras de Coria, su casa se convierte en galería taller. En 1977 viaja por Latinoamérica en busca de las fuentes temáticas. Funda con Luis Ciceri el Taller 77 para la enseñanza de dibujo y pintura. A partir de allí viajó en varias oportunidades a Estados Unidos, Ecuador, Buenos Aires y otras provincias para exponer, participar como jurado o dictar cursos de pintura. Los murales de Pardo son, quizá, parte crucial de su gran legado. La temática preferida son los retratos y paisajes. (Mercedes López Suárez, Diario Uno 25 de agosto de 2014).