Nacida en Buenos Aires en 1907, Raquel Forner descubre su vocación plástica a los doce años, durante una larga estadía en España con sus padres, que la llevará a estudiar en la Academia Nacional de Bellas Artes a su regreso a la Argentina, donde se diplomará como profesora de dibujo a los 20 años. Al año siguiente (1928) ya obtiene un tercer premio en el XIV Salón Nacional de Bellas Artes. Entre 1929 y 1931 se instala en París, donde recibe las enseñanzas de Othon Friesz en la Academia Escandinava. Ya de regreso en la Argentina (1932) crea los Cursos Libres de Artes Plásticas junto a Gutero, Domínguez Neira y el escultor Alfredo Bigatti (con quien se casará en 1936). Su obra pictórica va recibiendo distinciones como el segundo premio del XXIV Salón Nacional (1934), y medalla de oro en la Exposición Internacional de París (1937). El fuerte impacto espiritual de la Guerra Civil Española (1936-39) la lleva a un trágico y sublimado expresionismo plástico en creaciones como “La Victoria” (1939), “El Éxodo” (1940), y sobre la Segunda Guerra Mundial con “El drama” (1939-1945), en las que se va acercando al surrealismo. Su obra obtiene la consagración del primer premio del XXXII Salón Nacional (1942), el premio Augusto Palanza de la Academia Nacional de Bellas Artes (1947), y el gran premio de honor del XLV Salón Nacional (1956), al mismo tiempo que su arte alcanza resonancia internacional en Alemania, Francia, EE.UU., Canadá, Suiza, Portugal México, Brasil, Colombia, etc. Entre tanto su estilo ha ido evolucionando en sus nuevas pinturas y dibujos, que ahora se pueblan de seres mutantes y alienígenas, en los que el color adquiere mayor protagonismo en su paleta. Recibe en 1982 el Konex de Platino como la mejor pintora expresionista de la Argentina. Fallece en Buenos Aires en 1988.